Carta a mi papá

Querido papá,

Espero que estés bien, lejos de todos esos problemas terrenales. Aquí, los niños no están bien, papá. Tu príncipe parece muy fuerte y a pesar de todos los problemas, sale adelante, pero la verdad es que no va bien. Lo veo, cada día, poco a poco, este confinamiento nos va comiendo las entrañas; vamos perdiendo nuestra fuerza. Y tu príncipe no me dice nada pero yo lo puedo entender, no está bien. Ha perdido su paciencia, ha perdido su libertad, ha perdido su vida entera. Y yo no puedo hacer nada. No es solo el confinamiento, sino su mundo entero que va apagándose junto con su salud frágil y su cuerpo débil. Y el pequeño…el pequeño no quiere entender, no acepta la Muerte de todas esas personas. Hay veces que toca el piano y parece un ángel caído; y otras, parece una criatura fuera de este mundo. Me da miedo, papá.  Ayúdame, papá. Tú siempre sabías distinguir entre lo correcto y lo incorrecto. ¿Dónde estás, papá? ¿Por qué me has abandonado? Necesito hablarte, verte, acariciarte…Necesito un abrazo tuyo, fuerte y calmante, necesito tu mano firme y estable.

Padre, ¿por qué nos has abandonado? Somos hijos tuyos…

La historia de la cándida Eréndira con las alas

Buy El legado de Gabo: IV concurso de microrrelator Book Online at ...

La historia de la cándida Eréndira con las alas y de Ulises con los cuernos

Anastasía Lambrou

(«El legado de Gabo», IV concurso de microrrelatos Homenaje a Gabriel García Márquez, ed. Ojos verdes, 2016)

          Eréndira estaba bañando a la abuela cuando entendió que el alma de la vieja había volado hacia el infierno.  Eréndira era una jovencita rara de una hermosura celeste; tenía el pelo verde y los ojos amarillos. Sus alas minúsculas se le salían de los hombros como por entre de una nube rosácea.

          Unas calles más arriba, Ulises trabajaba cerca de su tío cuando sucedió lo irreparable. El tío entregó su último suspiro mientras trabajaba. El alma del tío voló hacia el paraíso. Ulises era un jovencito peculiar de una belleza mefistofélica; tenía el pelo negro y los ojos aún más negros. Un par de pequeños cuernos salía de su cabeza.

          El funeral de los dos difuntos fue el mismo día, así que los dos jóvenes se conocieron en el lugar más inoportuno. ¿Un juego de la fortuna? Tal vez…

          Sus miradas se cruzaron; ella con su sonrisa cándida, él con su risita malévola. Durante muchos instantes el tiempo dejó de existir para el mundo entero. Se enamoraron con una facilidad admirable. El fruto de este amor fue una criatura singular y al mismo tiempo ordinaria. Un niño corriente que crecía como todos los niños de la vecindad. Pero, era un chico con cuernos enormes y alas grandísimas, un ser maravilloso con un destino predeterminado: José Arcadio era un líder, era el líder que iba a cambiar el rumbo de la historia para siempre…

Conversaciones al lado de la mar

Φωτογραφία του χρήστη Natasa Lambrou.

CONVERSACIONES AL LADO DE LA MAR

 

Esta mar eterna e inagotable ha sido y sigue siendo la raíz de mi existencia, la razón de mi vida.

Al contemplarla me puse a llorar. Sus aguas de azul y plata reflejan toda la miseria y la felicidad de mi vida. En el espejo de esas aguas me veo feliz, me veo miserable; veo los primeros momentos de mi vida, mi madre tratando de dar a luz, mi padre temblando a su lado.

De golpe, este espejo cobra vida propia y se convierte en un enorme campo de fútbol lleno de jugadores extranjeros. Es el período de la ocupación de mi país. Yo estoy detrás de dos hombres mayores que no me pueden ver: nadie me puede ver, soy un espíritu. A la izquierda hay un niño, tendrá unos diez años, es un niño muy delgado, huesudo. El niño está gritando, parece muy feliz, no entiende que esos jugadores son invasores. Un soldado viene y le pide que lo siga. Lo lleva a los servicios, le da jabón y una toalla. El niño se ducha usando jabón por primera vez después de muchos meses; el niño no entiende que esos son invasores. El soldado lo lleva a la cocina y le da un plato: carne con arroz. El niño come carne por primera vez después de muchos meses. El soldado le ofrece otro plato. Y cuando termina, lo deja salir dándole un pedazo de pan. El niño no entiende que esos son invasores.

El niño llega a su casa y cuando explica a su padre todo lo que le pasó, su papá lo pega, le da una buena zurra porque su hijo no debe estar cerca de los invasores. Porque esos son invasores. Pero, el niño no entiende que esos son invasores. El niño solo quería ver el fútbol, quería pasarlo bien… Y después, el niño quería ducharse, comer… El niño no entiende que esos son invasores.

  • ¿Por qué son invasores?
  • ¿Qué significa “invasor”? Si a mí me dieron comida son hombres buenos. ¿Por qué son invasores?

Mi espejo deja de proyectar imágenes del pasado. La mar está llena de olas gigantescas. Ahora estoy cerca de la mar con este viejecito que sobrevivió a la ocupación militar y me cuenta su triste historia.

Este viejecito ahora entiende que aquellos eran invasores.

Η κληρονομιά του Γκάμπο

 

Το εξώφυλλο από τη συλλογή με μικροδιηγήματα του Ojos verdes Ediciones.

Μία συλλογή από 197 μικροδιηγήματα εκ των οποίων το ένα είναι δικό μου. Τα διηγήματα της παρούσας συλλογής έχουν ως θέμα ή έμπνευση τον αγαπημένο Gabriel García Márquez.

 

 

Mi microrrelato, La historia de la cándida Eréndira con las alas y de Ulises con los cuernos, en la publicación de Ojos verdes Ediciones.

Η συλλογή στο:

http://ojosverdesediciones.com/producto/el-legado-de-gabo/

Ojos apagados

Ojos apagados

Cuando te vi por primera vez en la cafetería de la esquina, me acercaste y clavaste tus ojos apagados en los míos. En aquel momento, el tiempo cesó de existir. Sólo existían tus ojos apagados y tu rostro perfecto. Al día siguiente me hablaste de tu vida… Unas semanas después me dijiste:

  • Estoy enamorado de ti. Estoy enamorado por primera vez en mi vida, pero el problema es que no sé qué hacer. Deseo tu cuerpo, pero sobre todo deseo tu mente y tu alma. No puedo vivir sin tus palabras, sin tu aliento, sin tu mirada.

Tus ojos apagados me lo dijeron todo en un instante… Sentí una brisa leve en mi mejilla y un beso suave en mis labios, pero no sentí tu cuerpo… Sentí tus emociones, tus pensamientos, tu amor, pero no sentí tu pasión… Sentí tu deseo ardiente, pero no tu necesidad. Sentí miles de cosas, y nada en especial. Me miraste con tus ojos apagados y entendí hasta mi más profunda existencia que aquel día era el final del recorrido. No podía tenerte, no podía disfrutar de tu presencia, ni de tu amor.

De repente, me encontré sola. Pero, es que nunca había entendido que siempre he estado sola. Sola, con un hombre-fantasma, con un espíritu inmaterial, sola con tus ojos apagados en mi memoria. Unos ojos que nunca fueron encendidos, ni siquiera por mí…

Nota
Desde el 13/4/2016 sale en
http://www.microrrelato.es/?p=10007

Tres relatos

Los tres relatos que siguen fueron escritos para el I Concurso de Microrrelatos del Instituto Cervantes de Rabat. El primero sale desde 22 de mayo de 2016 en http://www.microrrelato.es/?p=10517.  El segundo sale en la publicación del Instituto Cervantes de Rabat (2012). El tercero sale desde el 7 de octubre de 2015 en http://es.e-stories.org/read-stories.php?&sto=12002 con algunos cambios.

La Chingada

Estaba sola en las orillas del río Tasclotoa lavando la ropa. Se oía sólo
el chapoteo del río. Cuando, de golpe, tres hombres se la acercan.
Tiene la sensación de que quieren algo de ella. Parecen unos
vagabundos. No sabe qué hacer.
…la golpearon, la violaron una y otra vez y la dejaron allí, medio
muerta, con su sangre goteando por todas las partes de su cuerpo.
Un par de horas después sigue estando sola. El latido de su corazón es
lento, y después no se oye nada, sólo el silencio; un silencio hondo y
sobrecogedor.

Loca

Te espero al lado de tu escalera. Pero no tengo fuerzas para entrar.
Además, tú no estás. ¿Dónde estás? Y yo sigo esperándote, día tras
día, mes tras mes… Me da pena no poder verte. El viento silba y me
dice que no vendrás. Los pasos que oigo no son tuyos. Por favor,
tienes que venir, tengo que decirte que nuestro hijo aún no nacido, no
va a nacer.
Los vecinos dicen que me he vuelto loca después del incidente. Mi
cuerpo estéril no puede dar a luz. Claro, estoy loca. ¿Por qué me has
dejado?
Estoy tan sola…

Muerte

El día de su muerte yo estuve trabajando en la oficina. Él había
estado enfermo durante mucho tiempo. Pero nada señalaba que
aquel día sería el día de su muerte. Cuando regresé de la oficina, fui a
descansar un poco, y luego mi tía me llamó. Me dijo que el tío no se
encontraba bien. Cuando vi su figura sobre la cama, entendí que eso
era el final. Lo arreglé con la ropa que él mismito me había enseñado.
Lo besé y lo dejé descansar en paz. No lloré porque cuando los vivos
lloran los muertos no pueden reposar.

Publicación

http://es.e-stories.org/read-stories.php?&sto=12002

http://www.microrrelato.es/?p=10517